Deprimente.... es domingo estoy recostada sobre mi cama y no puedo dejar de pensar en Paul, ya hacia una semana de mi encuentro sexual con él y no paraba de pensarlo. Cada noche a solas en mi cuarto me tocaba hasta lo más íntimo recordando y simulando sus manos en cada parte de mi cuerpo. La sensación de tenerlo dentro me agobiaba, me dejaba exhausta cada noche y solo asi conseguia dormir tranquila.
Ese domingo no tenía nada planeado, solo trabajo pendiente y una limpieza general a mi departamento. A eso del medio día una llamada me hizo detenerme de mis labores, escuche una voz sensual, masculina, pero no lo reconocí de inmediato. "Hola Denisse, tu mareo y nauseas ya pasaron " me dijo entre burlas. Es allí cuando lo reconocí. Era Paul al teléfono, como supo mi numero, me recordó luego de una semana, no sabía que decirle, solo atine a reír y responder "Hola , que milagro, creí que no tenias mi número", " Si no lo tenía me anunció, se lo pedí ayer a Roberto y este a tu amiga Gina". "mmm" me quedo escuchando por el auricular casi sin aliento, "Que pasa te moleste" me dijo de inmediato " No respondí, solo que no me agrada que den mi número". Entonces se hizo un silencio y me dijo disculpa creo que es mal momento". En eso mi cuerpo se congeló, "No. no disculpa es que estoy algo confusa, dime como estas ?. Muy bien me dijo, te llamo porque me apetece verte de nuevo, no tengo amigos aquí en la ciudad y quería pedirte me acompañes a pasear", no tenía muchas ganas de pasear solo de sentir nuevamente sus besos y sus manos, no quería enredarme con nadie al menos no pasar de ser simples amigos de cama. Pero una vez más su encantadora voz me sedujo y acepte "bien, te veo en la puerta del bar de ese día a las 4 pm y de allí pasearemos por la ciudad " te parece?, le pregunte. "Si no hay problema allí estaré, un beso".
Al principio me pareció una buena idea, pero ese chico me fascinaba, era preocupante el deseo que sentía con solo escuchar su voz, me fui a la ducha, dispuesta en no tocarme pensando en él, pero el recuerdo de sus manos en mi espalda, en mi cintura desnuda me seducía. Me entregue al recuerdo y aumente mis ganas de volver a sentir su miembro viril dentro de mí. Me ahogaba el deseo de volver a gemir por sus golpeteos profundos contra mi vagina, cada vez mas húmeda por su recuerdo. Los deseos de volver a verle aumentaban, al igual que mis ganas por dejarme poseer nuevamente por él. El deseo de cabalgar nuevamente sobre su pene grueso de ganas de vaciarse dentro de mi me ahogaban, me quemaban al punto de avergonzarme. Cuando el agua rosaba mis pezones, eran sus labios los que parecía sentir y solo pensaba en sus dientes mordisqueándolos jugueteando como nadie lo hizo. Me pareció bueno olvidar las caricias de Gustavo con él..... Me seque de prisa y trate de colocarme una vestimenta más adecuada. Unos jeans, unas botas y una polera roja parecían combinar muy bien con mi tez blanca y mi cabellera negra. Sujeté mi cabello y salí de casa.... deseosa de volver con el
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