lunes, 25 de abril de 2011

Con mi Profesor de Matemáticas


Pues, yo era una alumna pésima, odiaba ir al instituto. Me llamo Eva, y soy alta, era muy desarrollada para mi edad, rubia, de ojos azules y unas tetas impresionantes.
Bueno, como decía, era una alumna pésima. Pero ideé un elaborado plan para sacarme el curso.
Era un sábado horrible, de calor abochornante. Por eso, al ir a repaso de matemáticas, escogí mi...

uniforme escolar, con una camisa blanca de manga corta, que da a entrever mis pezones, y la faldita tableada. "Hummm...demasiado larga", pensé, cogiendo unas tijeras y cortándola medio palmo, por lo que quedó una microfaldita de un palmo. Cogí mi bici y la cartera, y salí pitando.

Ya en el instituto, me desabroché un par de botones, y en los lavabos, me quité mis braguitas del Snooppy, sustituyéndolas por un tanga negro con encaje rosa. Me subí un poco más la faldita, y entré en la clase. El profesor ni se inmutó cuando me puse en posición atrevida en mi pupitre, y siguió diciendo:



- La hipotenusa, bla, bla, bla, no-sé-qué de catetos, bla, bla, bla... -siguió así durante una hora y media, hasta que sonó el timbre.
- Ejem, ¿hay alguién más en el instituto, don Francisco? -le pregunté con cara de buenaza. El me miró un momento las tetas, y luego dijo:
- Sí, el director, señorita Del Valle. Puede ir recogiendo. -me dijo mientras borraba la pizarra. Salí de clase, y me escondí en el lavabo. Pasó unos 15 minutos antes de que oyera al director salir del colegio. Entonces, recogiéndome el cabello en dos coletas, y comprando un chupa-chups de fresa y una cola, me dirigí a la clase de repaso.

- Emm, una cosa, me he olvidado una cosa...-le dije al profesor, entrando en la sala. Dejé la mochila, la cola, y me agaché, dejándole mi culito todo para él. Luego, sentí sus manos apoyadas en mis nalgas. Levanté la mirada, y poniendo una carita angelical, le dije:

- ¿Me podría hacer el favor de desabrocharme la falda, por favor don Francisco?

Él me quitó la falda de un tirón, y colocándome sentada en su escritorio, me ató las manos con su corbata, y con la correa del pantalón, me ató los pies. Luego, se deshizo de mi camisa y de mi tanga, mientras yo me quedaba tumbada con las piernas atadas y en alto en su mesa.

Empezó a sobarse la polla, y cuando alcanzó su máximo nivle, me quedé asombrada: ¡media 25 centímetros, y era ancha cómo un vaso de cubata! Luego me preguntó, mientras cogía la regla de madera:

- ¿Eres virgen?
Y yo, poniendo mi carita angelical, asentí.
- Pues vas a dejar de serlo a lo bestia.

Y empezó a lamerme el coño, sorbiendo mis jugos, mordisqueando la clítoris, chupando y succionando, mientras me sobaba los pechos. Y yo, sin deshacerme de mi carita angelical, gimiendo como una zorra.

- Oh, más don Francisco, deme más!!!-entonces, él se cansó, y poniendome en el suelo de rodillas, me cogió de la cabeza con una mano, mientras con la otra me seguía sobando las tetas. Luego, empezó a meterme la polla en la boca, moviendo su mano cada vez más deprisa.

Un cuarto de hora después, me volvió a poner en la mesa, con mi coñito inflado hacia su enorme polla. Y la metió sin miramientos. Yo gemí como una perra, y el me miraba, mientras me iba diciendo:

- ¿¡Te gusta, eh, puta de mierda!? ¡Zorra asquerosa! ¡Te voy a romper el coño!-me decía, y yo gimiendo como una perra. Entonces, se corrió en mí. Pero por eso no dejó de follarme duro. Y yo tuve mi primer orgasmo. Me corrí, y el seguía follandome sin miramientos.

Volvimos a corrernos, una y otra vez, durante una hora, mientras el me follaba. Entonces, me quitó la corbata de las manos, y me chupó el coño. Luego, me besó, dejandome todos mis jugos y su saliva en mi boca. Me fue lamiendo las tetas, mordisqueando mis pezones...

¡CONTINUARÁ!


0 comentarios:

 
Amante nocturna © 2008 Template by Exotic Mommie Illustration by Dapina